miércoles, 15 de julio de 2009

el niño y el inmenso oceano

“No hace falta conocer el peligro para tener miedo; de hecho, los peligros desconocidos son los que inspiran más temor”.

ALEJANDRO DUMAS

CALLAO


BAJABA PRESUROSO DE SUS PANTALONES, dejando ver los coloridos tonos de su ropa de baño, su mirada era mas allá que un comercial ambulante de kolynos, una muestra palpable que estaba feliz, y contagiaba a los otros además de seguridad, esa energía, esa curiosidad que lo había llevado a preguntarse en voz alta, y sin temor a quien se atreva a desafiarlo ó a contradecirlo:




-¿Quien no va querer meterse a una inmensa piscina llena de lindas chicas de 10 años?- -¿Quién no va a querer estar rodeado de todas esas chicas del rosasantamaria y jugar al salvavidas y toquetearlas por toda partes? Acomodando luego y ordenadamente –como seguro se lo había enseñado su mamá- todas sus prendas dentro de su mochila amarilla.

-Yo-

Es patético y vergonzoso tener que reconocerlo, pero la respuesta innegable y contradictoria -atrapada en sigilo entre mi cuello y mis dientes- a las preguntas de ese niño era tristemente:

-Yo-

Yo, que no tuve el valor para decirles a los demás que no sabía nadar. Yo, que tuve observar con recelo y envidia como mis demás compañeros del colegio se divertían a rabiar manoseándose con todas esas chicas -2 años mayores que nosotros- en la piscina del clublaskiskas en chosica. Yo, que tuve que tragarme 4 horas jugando a la “chapada” con los otros losers que al igual que yo aun no sabían nadar. Yo, que me invente torpemente un repentino resfriado que no me lo creía ni yo mismo, para encubrir mi terror a la idea verme hacer un papelón en la piscina cuando descubran que no sé siquiera flotar.



Tuve que fingir que me divertía y era feliz al lado de esos desmoralizados niños que se conformaban solo con mirar a los demás sin atreverse por lo menos a mojar los pies en la alberca, tuve que tragar mi saliva cuando mi profesora, la simpática misscarmen, me obligo a jugar fútbol con esos perdedores porque según ella eso era divertido, tuve que ocultarme de todas las chica de mi salón que jugaban alegremente a las escondidas porque ellas tampoco sabían nadar, tuve que esperar pacientemente que corran las horas antes de abrir mi lonchera y comerme el pollo asado con papas sancochadas que me había preparado amorosamente mi mamá.

-te lo vas a comer todo roysito porque esta hecho con cariño… solo para ti- me dijo antes de meter la merienda dentro de mi mochila de 4 cierres con imágenes de ultraman, abrazar mi cabeza a sus enormes tetas, y repetir una y otra vez (entre besos) eso que ya estaba cansado de escucharle mañana, tarde y noche:

-te quiero, te quiero, te quiero-

Joder, si me quieres tanto porque no me dejar ver la primera película de superman que la van a pasar en el canal 5 en vez de mandarme a dormir después de ver a esa tonta rata llamada topogigio. No verdad, tienes qué recostarte en el mueble de la sala para llorar a moco tendido (mientras esperas a mi papá) con esa telenovela huachafa que ya has visto mas de 2 veces en el canal 4: LOS RICOS TAMBIÉN LLORAN.

-Maldita sea, porque tiene que pasar esto en mí casa una y otra vez- me digo todos los días abriéndome paso entre mis 4 hermanas antes de irme a dormir.

-Los niños peruanos que tenemos mamás y hermanas que ven tontas novelas a las 9 de la noche en el canal 4 también lloramos- me digo para mis adentros, fingiendo una enorme sonrisa, intentando cortar con el tenedor y cuchillo el pedazo de carne que tengo en el tapper porque… ¡hay de mi!, si me atrevo a agarrar el pollo con las manos, me cae encima la misscarmen, y me da de a palos, porque mi mamá le ha pedido por favor que vigile a pulso que mis costumbres de niño bien no cambien nunca.

Si supieran todos que después de almorzar, y cuando mi mamá y todas mis hermanas se tienden en la sala como morsas a ver isauralaesclava, ósea cuando nadie ve, me voy a rascar las ollas como una animal carroñero, porque a mi me gusta comerme todo. Todo.

Si supieran todos que estoy cansado de escuchar las clases del colegio, que me revienta sentarme con el gordo hilton todas las mañanas en primer fila, si supieran todos que a mi me gusta la misscarmen, y que seguro yo le gusto a ella, por eso me pega duro, para que nadie sepa que me quiere. Si supieran todos que yo ya ni ganas tengo de verles el color del calzón a las niñas del rosasantamaria porque todos los días veo los calzones de mis 4 hermanas, si supieran que lo único que quiero es verme allí junto a los demás en la piscina… si lo supieran.

La frustración, ese mal común entre los peruanos, que cala hondo en nuestras mentes, y no nos deja avanzar, que se respira en las calles de limalahorrible, y se lee en todos los periódicos que tengo que leer a fuerza -y en voz alta- para que escuche el capitántrueno mientras almuerza o cena, estaba haciendo de mí un inconforme con todo lo que me rodeaba, es allí donde caí en que yo quería mas de lo que tenia, siempre ha sido así, siempre será así, ahora lo sé.




Por eso estoy aquí. Me he subido con el capitántrueno a ese roñoso micro marrón de la línea 71 que nos lleva directamente a esa horrible playa de piedras llamada lapunta. He aceptado hacerme pasar por un mísero-niño-abandonado que no tiene dinero para pagar el boleto a petición de mi padre, quien disfruta verme realizar esas tareas, al que el llama efusivamente:

“Ejercicios que me servirán algún día para ser un hombre de verdad”.

Si pues, el cobrador de este asqueroso micro me ha menospreciado peor que aun perro chusco sin dueño, y no me ha dejado sentarme en todo el viaje, aun cuando cada cierto tiempo hallan asientos vacíos; porqué, y según me dice su in sinuosa mirada, ya que sus labios no hablan:

Yo, no tengo derecho de sentarme hasta que pague mi pasaje.


El capitántueno qué, lee amenamente un periódico abierto de par en par y ni se inmuta en mirarme en todo el camino, cruza algunas veces encubridoras miradas conmigo conteniendo la sonrisa entre los labios, mientras le pide en voz alta –y en tono + que autoritario- al chofer que, baje el volumen de la radio, ó que cambie de emisora porque, no todos en lima escuchan radiomar.

Son las 11.30am de un hermoso verano que comienza en lima, y tengo en las manos un LP que seguro dará mucho que hablar… de unos chicos londinenses llamados sugestivamente thecure, acá los dejo con la tercera canción de este su primer álbum que, seguro será una de las mejores del año -dice ahora el discjockey por radiopanamericana-.




Escuchamos todos seguido del scrach del disco eso de I would say I'm sorry If I thought that it would change your mind But I know that this time I've said too much Been too unkind I try to laugh about it Cover it all up with lies I try and Laugh about it Hiding the tears in my eyes 'cause boys don't cry Boys don't cry... y mi cabeza, que se mueve siguiendo el enérgico ritmo de esa canción, es samaqueada por mi papá que, así en silencio, me hace saber según el código militar que solo él maneja -y que yo tengo que aprender a descifrar día a día mientras viva con él- qué: Ya llegamos a la playa.

Acelera el paso dejándome atrás como un subordinado (como siempre), acomoda –entre sus ojos- los lentes rayban que habitualmente lleva en verano, sin dejar de mirar al frente o bajar la cabeza para buscarme con la mirada, y escucho de sus labios decir “cachacientamente” aquello que siempre repite pasos antes de llegar a la playa:

-¿Por qué no te sentaste roy?- haciendo clara alusión a que siempre voy parado en el microbús.

Pero no importa, nada importa ahora, porque él que ha sido antes salvavidas en las playas del sur, él que a rescatado a otras personas del inmenso mar, él que ha aprendido a nadar en las alborotadoras aguas del ríourubamba, él ahora me va a enseñar a nadar.

Para no tener que mirar a los demás desde lejos mientras juegan en la piscina con las chicas de algún colegio de mujeres, para sacudirme de ese lastre de verme rodeado cada vez que voy de paseo -a chosica- de esos chicos gordos, de los que usan lentes y nunca entran a la alberca porque aun no le pierden el miedo al agua.

Por eso me he colgado de la espalda de mi papá, me he abrazado fuertemente a su cuello mientras el avanza sagaz abriéndose espacio entre las olas del inmenso mar. Rápido como ninguno ha llegado mas lejos que nunca creo. Yo, que solo le había servido de acompañante en todas las veces que me ha llevado a veranear en esta risible playa. Yo, que solo me he limitado a verle nadar y ver perder su imagen a lo lejos mientras le hago torpes señas desde la orilla. Yo, que sido junto a mis 4 hermanas testigo de todas sus historias en el mar ahora me he armado de valor, y le pedido por todos los dioses que me enseñe a nadar.

Me ha mirado a los ojos sin dejar de sonreír y me ha propuesto salir al cine cuando aplique confiadamente lo aprendido, ha formado un puño en sus manos y ha dejado caer en mi cabeza un fuerte cocacho que he recibido contento, porque sé que esa una muestra de su cariño y su venia para conmigo, para con lo que quiero, esa ha sido siempre su forma de decirme entre líneas, en ese intrínseco código paramilitar que solo conocemos mis 4 hermanas y yo:

-te quiero-

Ha corrido hasta la orilla dejándome seguir sus pasos, y ha dejado que me monte en sus espaldas, no ha dicho -como siempre lo hace- palabra alguna en el extenso camino que nos llevo al fondo del mar, y cuando ha pensado encontrar el lugar perfecto… ha parado de nadar, y me ha dicho sintiendo mis pequeños brazos abrazando su cuerpo

-¿Sabes como aprendí a nadar en la selva?-

De pequeño se había empecinado en aprender a nadar, sorteando las enormes rocas del río de su natal quillabamba, había sufrido algunos accidentes, se había quebrado algunos de los huesos de su aun pequeño cuerpo, y hasta había estado –en su adolescencia- a un paso de encontrar la muerte cuando su cuerpo se suspendió por espaciados minutos en el fondo del turbulento arroyo, y cuando creyó que ya sabia mucho + que el tarzan que él veía en las películas de blanco y negro, llego la prueba final: El mar de la capital.

¡Claro! -le dije- obviando esa parte que siempre se detiene en mi garganta y que rezaba algo así como:

-Joder papá. Ya vas a comenzar con el mismo cuento otra vez-

El capitántrueno, un hombre siempre dedicado por entero al box, al físico-culturismo, a la natación, y algunos otros extravagantes ejercicios, separó mis infantes brazos de su ser y me dijo, dejándome en el medio del inmenso océano, a más de 80metros de la orilla:

-Hay cosas que uno tiene que lograr por sus propios medios… esta es una de ellas-

No le importo que yo no supiera moverme en el océano, no le importo que su pequeño hijo de 8 años -qué aun se orinaba en la cama- no sepa bracear. Pude percibir como mi cuerpo era arrastrado por el pánico hacia debajo de la superficie, y seguro por un instinto de supervivencia mis manos que, se habían alzado hasta el cielo buscando respuestas, se hundía junto a mi, en ese enorme abismo. Abrí los ojos premiosamente, intentando buscar a mi padre entre aquellos peces que se movían con destreza a mí alrededor, y pude escuchar como un eco -a lo lejos- repetidas veces, algo que no podía descifrar.

Era el capitántrueno, que agitando sus brazos como todo un profesional, rápidamente logro alejarse de mí, diciéndome a lo lejos, así como dándome una orden:

-ahora… te espero en la orilla roy-

IMAGENES PAGANAS: el pez en el agua. Una de las primeras tareas que tuve cuando crecía mi hijo fue enseñarle a nadar, claro “no” de la manera que yo aprendí. Lo matriculo todos los años en karate, en básquet, o en otras artes, pero una de las cosas que mas disfruta son los cursos de natación… que se puede hacer salio a su padre.





Esta fotografía en la que disfrutamos de un delicioso almuerzo familiar en algún restaurante frente al mar con indianajones –mi cuñado marcos- vestido de amarillo, da muestra de nuestra devoción por las olas, las chicas lindas, el verano y todo lo demás también.





Parece que esta ciudad no duerme, no para nunca, y los cafetacuva que hicieron delirar a todos sus fans en lima lo saben muy bien. Casi 3 horas de lo mejor de 20 años que no han pasado en vano ¡verdad chilangos!

ARTE RETOQUE & DESENFOQUE: BABU

12 comentarios:

  1. I love it. Viste que hasta de niño eras terrible... besos.

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  2. "Muy bueno Hermano,..pero en la realidad, yo no era una de las cuatro hermanas prendida a la tele, moqueando por las novelas...yo era la pata de perro que venía a la casa a desayunar, a almorzar y a cenar,...y a dormir por una horas,...para luego regresar a la calle........que niña!!"

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  3. rpta. Tu lo has dicho eras de todos la pata de perro ja,ja,ja. Un beso hermanita y un abrazo para el peluchin.

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  4. Concuerdo con via me he cagado de risa con tu historia… pobre Paris la que tendrá que pasar con su abuelo.

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  5. Que rápido iba a escribirte algo en el escrito anterior y ya tienes uno nuevo. Conclusión:
    ¿Por qué no exigiste mejor aprender en una academia de natación?

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  6. Ja, ja, ja habla loser ja, ja, ja. Que buena historia, espero la continuación porque me has dejado con el olor de la presa en las manos, es decir no puedo creer que en primera aprendiste a nadar. saludos a tu hijo.

    rodrigo.

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  7. Eres un peligro para sociedad sabes... un beso... en el cachete claro.

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  8. rpta. gracias noa -amiga mia- otro beso para ti, en el otro cachete posupuesto.

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  9. has hecho que me acuerde de los viejos años 80s que buenos tiempos man

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  10. rpta. Que bueno mi estimado (a) anonimo (a), esa fue la intencion llevarlos a todos a los primitivos años 80s, lejos de la internet el cable y toda la tecnologia, acaba de revisarlo mi hijo y le encanto, no ha parado de reirse... eso me hace feliz.

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